Me sigue ardiendo el último minuto que tuvimos,
el último pensamiento... y mi cabeza, en tu corazón dormido
te despediste dejándome sin tu respiro.

¡Ahora dime!

No encuentro la respuesta a mi dolor.
¿Por qué tus manos frágiles, las alejaste de este mundo?
¿Por qué la luz, el viento, el calor... se fueron?
¡Cuánto daría alma mía,  porque estuvieras conmigo!

La flama del suspiro y el volcán de los deseos
aún siguen en mí.
Cuando me contaron… ¡solo sentí el frio!
Se quedó helado y quebrado nuestro rincón íntimo.

Fue un adiós sin claridad o condición. 
Bendigo y guardo cada caricia y cada toque de tus dedos.
En mi piel están tus besos,
todavía está tibio mi recóndito argumento.

¡Jamás te irás de mi corazón!

Entonces comprendí por qué se grita y llora de amor secreto.
Entonces supliqué,  porque mata el deseo.

Estamos en distintos cielos,
abrazando un mismo contexto y aliento.

¡Adiós!
¡Solo por hoy!
Por estas horas que me queman en silencio,
palpitando sigue mi corazón y mi sentimiento;
dos besos que se parten, se unirán en el tiempo.
Dos pies descalzos que se rompen y se curan en silencio.

*Para seguir a Diana Ríos en su trabajo literario, les anexamos el link de la página donde escribe.
http://www.letrasyalgomas.com
http://bajaartists.com/?s=diana+rios&x=0&y=0